Un conflicto que trasciende fronteras
- MaFer Becerra
- 3 dic 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 4 ene 2019
La crisis sociopolítica de Nicaragua sobrepasa sus fronteras. Este es un reflejo de la realidad de los refugiados en Costa Rica y la unión de la diáspora nicaragüense en el Sur de la Florida para apoyar la lucha de su pueblo.
Se trató de obtener la versión oficial del gobierno a través del Consulado en Miami, pero no se consiguió ninguna respuesta.
Huir y esconderse: la única salida
Un letrero en la puerta que reza “Albergue” es el único indicador de que uno de los tantos parqueaderos públicos que existen en el centro de San José, Costa Rica, funciona como un improvisado refugio para unos 18 nicaragüenses, que llegaron huyendo del conflicto que aqueja a su país hace siete meses.
Algunos latones fungen como paredes y techo para protegerlos del clima frío y lluvioso, característico de esta época del año en territorio tico. Por el día van a servicios sociales en busca de comida, algunos trabajan en restaurantes, o como vigilantes; y por la noche comparten unas delgadas colchonetas apostadas en el piso para descansar.
“Ahora estamos viviendo, como quien dice, ‘decentemente’, con estas comodidades”, asegura Dennis, cuando recuerda que días atrás dormían sobre cartones y peor aún, un poco antes, sobre la acera frente a Taco Bell del parque La Merced. Lugar del que tuvieron que retirarse por los ataques xenófobos que ocurrieron en agosto, en los que cientos de costarricenses rechazaron su presencia.
“Nosotros somos personas de bien, estamos forzados a estar aquí por la situación en Nicaragua”, asegura este profesor de escuela primaria de 32 años que tuvo que viajar a Costa Rica únicamente para acompañar a sus sobrinos que sí participaban activamente en las protestas contra el régimen de Daniel Ortega y se vieron obligados a huir de la represión. Sin embargo, tuvo que quedarse porque ahora toda su familia está bajo amenaza, según cuenta.

Además de albergues precarios como éste, los nicas también se agrupan y viven en "casas de seguridad". Tal es el caso de tres muchachas entre los 18 y 24 años: la "Química", la "Comandante Coyota", y otra que prefiere mantenerse en el anonimato y ni siquiera revela su seudónimo. Ellas eran miembros muy activos de los colectivos de estudiantes que pedían la salida del régimen desde sus tranques o barricadas.
Ahora viven en una pequeña casa, de una sola planta, con apenas dos habitaciones, desordenada, con montañas de ropa en la sala y el comedor, en un barrio de estrato económico medio- bajo en San José. Es el hogar de alias "Minúscula", que desde hace unos meses se ha convertido en ‘casa de seguridad’ como muchas otras en todo el territorio tico.
"Minúscula" nació en Costa Rica, pero gracias a su ascendencia y su corazón también posee la nacionalidad nicaragüense. Ella recibió a las jóvenes, les dio un techo y les proporciona comida a diario desde que se vieron obligadas a salir de sus comarcas en Nicaragua.
¿La razón? El gobierno las perseguía por haber participado o liderado focos de protesta en su contra. Por ejemplo, la "Química", como su apodo lo revela, era una estudiante de ingeniería química y su función era fabricar y luego enseñar a otros a fabricar los morteros, que son una especie de bombas elaboradas con clorato de potasio con carbono, azufre, aluminio y un poco de arena para darles peso. Estos artefactos caseros, han sido plasmados repetidamente en vídeos y fotografías como el arma de los manifestantes para defenderse de la policía antidisturbios.
Esto lo narra "Minúscula", ya que la jovencita de apenas 18 años no está abierta al diálogo porque todavía está atravesando por un frágil estado sicológico. “Llegó muy mal, solo tenía la idea de suicidarse. Tuvimos que llevarla al siquiatra y ahora está medicada”, explica "Minúscula", la mujer que se ha convertido en madre para estas muchachas.
A la "Química" le habrían arrancado un par de uñas de las manos a modo de tortura cuando estuvo presa por unas horas en el Chipote, una cárcel en Managua, temida históricamente por las torturas que se realizaban en su interior desde la dictadura Somocista hace unos 60 años
El conflicto en cifras
El 9 de noviembre de 2018 la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos dio a conocer su último informe, que todavía es calificado como preliminar, con las cifras desgarradoras de víctimas fatales, heridos, desaparecidos y presos calculadas a 200 días exactos del conflicto. Veamos:

Las cifras que expone la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) son bastante inferiores y cuentan 325 fallecidos, sin embargo no se comparan con las del gobierno, que reconoce apenas 198 pérdidas humanas.
Mira más en el sitio web del proyecto.
Fue publicado también en: El Nuevo Herald
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